viernes, 22 de octubre de 2010

de memoria

El narrador de Anna Karenina lo dice: “Y lo que vio entonces no volvió a verlo nunca más”. En un párrafo antológico Tolstói describe el amor y en una frase concentra ese sentimiento y la vida, con el tiempo que nos atrapa a cada momento, en instantáneas que desaparecen y que pasan al baúl de la memoria. Y yo me pregunto si los recuerdos, que me asaltan estos días o todos los días, se olvidan, esos que me ponen una cortina delante de mi alma y por unos instantes ciegan todo lo demás, y yo me pregunto si algún día dejaré de recordar, y me pregunto si esa enfermedad que mata la memoria hará que la mente no pueda llorar al recordar. Porque el llanto no está de moda pero hay veces que es inevitable. Y yo me pregunto si merece la pena escapar de la memoria, y me respondo que no, porque gracias a la memoria nos construimos a cada momento, y gracias a que podemos seguir enviando algo al baúl, seguimos vivos.

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