domingo, 5 de septiembre de 2010

síntomas

Acabo de trabajar, me siento, abro el periódico y zas, bofetada a la razón. Sí, si todos sabemos que es un payaso, pero líder de un país; yo, ni bufón ni líder, por eso sus declaraciones se publican y las mías no. Gaddafi visita Italia y quiere que el Islam sea la religión de Europa. Al poco leo lo que les sucede a las viudas en la India. Tras la muerte del marido, ellas no son nada, sólo objeto de desprecio y repudio, tanto que se las considera las culpables de la muerte de sus maridos. Tanta religiosidad, tanta ciudad sagrada para nada. Dice una de ellas: cada noche rezo para no despertar al día siguiente. Pero ningún Dios la escucha. Tendrá razón Hawking cuando dice que Dios no creó el universo. Demasiado imperfecta es nuestra casa para tanta perfección e infinita bondad divina. Por eso, los seres humanos, huérfanos en el valle de lágrimas, en este país, consumimos al año más de 64 millones de envases de ansiolíticos. Prueba irrefutable de que el silencio de Dios es sintomático.

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