viernes, 10 de septiembre de 2010

jorobado

Me es difícil entender los tiempos que corren. Me debato entre la libertad y la prohibición. Los padres que adoptan, la mayoría de ellos deseosos de experimentar la paternidad, y con la voluntad de darse a sus hijos, necesitan exámenes de todo tipo para proceder con el ansiado trámite. Los que no necesitan adoptar son libres para engendrar, a veces sin ton ni son. La escuela de padres no existe, es la vida la que te pone en tu sitio, desgraciadamente a veces a costa del niño. Ahora, el gobierno vasco tramita una ley que de aprobarse definitivamente entrará en el ámbito privado de la familia para prohibir fumar en los coches si los niños viajan. ¿Ya falta menos para el examen de idoneidad paterna? Y a la par, parece que hace 125 millones de años vivía por tierras de Teruel un dinosaurio enorme y con joroba, del cual han encontrado ahora los restos. ¿Nueva especie de dinosaurios quasimodos? ¿O el único jorobado de esa especie? Decía Einstein “que una de las motivaciones más fuertes de los hombres para entregarse al arte y a la ciencia era el ansia de huir de la vida diaria, con su dolorosa crudeza y su horrible monotonía, el deseo de escapar de las cadenas con que nos atan nuestros siempre cambiantes deseos”. Quizás el remedio para no tener que entender los tiempos que corren sea sumergirse en la búsqueda de los compañeros del jorobado.

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