culpable

La semana viene marcada por el fútbol, que reparte alegrías y tristezas, y con la operación al Rey, que es humano y es mayor. Pero centrémonos en lo verdaderamente importante. Hay cosas que se aprenden en la escuela y otras durante la vida. Díaz Ferrán no parece haber hecho ni una ni otra. Le faltan palabras en su repertorio de castellano. No conoce el significado de la palabra responsabilidad. El empresario, gran jefe de los suyos, tiene la desfachatez de acudir a una misa del peregrino en Santiago, tomar el micrófono y rezar. La foto le muestra postrado de rodillas, orando por no se sabe qué. Nadie va a bajar a ayudarte Díaz Ferrán. Mejor harías dando ejemplo. Viene a medida: a Dios rogando y con el mazo dando. Sigamos con otro ejemplo, el dueño de una empresa en suspensión de pagos desde Julio del 2008 y con una deuda de 7000 millones de euros, Fernando Martín, de Martinsa, dicen que ganó 2,63 millones de euros en 2009. ¿Cómo es posible? Para finalizar oigo al montañero Juanito Oiarzábal decir que se siente culpable pero no sabe de qué, después de la pérdida de su compañero de cordada. A Juanito se lo perdono. La falta de oxígeno en las alturas puede producir daños difícilmente reparables. Pero los primeros personajes, Díaz Ferrán y Martín, ni siquiera reconocen su culpabilidad, les falta responsabilidad, les falta decencia, les falta vergüenza, les falta el hervor definitivo.