lunes, 10 de mayo de 2010

correr en casa

Paso a paso recorro los diez kilómetros de la tercera carrera ciudad de Alcobendas. Correr en casa tiene una ventaja, conoces el recorrido, y sabes regular, esperar, llegar con fuerzas. Correr es como ser feliz, no siempre se puede. Se vive sin ser feliz constantemente, y se corre sin disfrutar la mayoría de las veces. Se vive para encontrar los ataques de lúcida o loca felicidad y se corre para poder un día regocijarse en las sensaciones. Pocas cosas igualan el sentirse pleno corriendo, con fuerzas en la recámara para seguir y seguir. Ayer fue uno de esos días. Un último kilómetro bajo la lluvia puso la guinda. Han tenido que pasar casi catorce meses para que yo lo sienta de nuevo, espero que la espera próxima no sea tan larga. Como la felicidad, más o menos.

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