domingo, 11 de abril de 2010

las mónadas de Leibniz

La pasión volvió y se fue difuminando como una gaseosa o creciendo como el agua hirviendo, todo depende del color de la camiseta. Dijo Leibniz, filósofo y matemático alemán, que las mónadas no tenían ventanas, mónadas o átomos metafísicos, indivisibles, componentes últimos de la realidad, nada puede entrar o salir de ellas. Dijo Isaac Singer, escritor, que la pasión no tiene ventanas, como las mónadas. Así es, ciega, como así es el hombre apasionado, repleto de átomos que por unos minutos sólo respiran, sin pensar, ojos fijos sobre el verde, jugadores que corren, hombres que luchan, pasión que lleva a gritar a unos y a otros a llorar. Pasión versus razón. Los indios de la India no han contratado el partido, el clásico, el partido del siglo, de la era, de todas las eras. El fútbol es el deporte rey depende de donde se viva. En otros lares prima el cricket o el polo. Relativice, el fútbol es lo que es. Otro deporte más del mundo mundial. Pasión es vida, las mónadas siguen a lo suyo, ciegas, esperando su momento de gloria, el momento de gritar gol, de salir de sí mismas y de explotar, gol, la última palabra.

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