domingo, 11 de abril de 2010

prioridad

La primera palabra es priorizar, esa que forma parte de las responsabilidades de nuestros gobernantes o de cualquiera que lidere algo. Priorizar para ordenar el infinito, porque infinitas son las tareas por realizar. Priorizar significa también poner el foco en determinados esfuerzos. Los esfuerzos se dispersan, las prioridades se olvidan. Me llegan correos de suscripciones varias. Uno de ellos dice: acabo de ver un video de cómo matan a una foca bebé. Los animales como foco existencial. Desenfocados para mi gusto. Nosotros, animales racionales, somos increíbles. Garzón pone su foco en investigar crímenes de desaparición forzada. Garzón encausado por ello. El mundo al revés. Vuelvo a Amnistía Internacional, el siguiente correo electrónico, dicen que entorpecer ese tipo de investigaciones es un delito. En España no. Hablamos de prioridades, esfuerzos y ahora añadimos envidia, cercana a la maldad. Peleas de jueces, el absurdo. Volvemos a las prioridades, las inundaciones en Río ponen a la luz lo ya conocido, el submundo de las favelas, que se caen con el agua. Invertir en infraestructuras sería prioritario, en vez de hacerlo en olimpiadas. Seguimos con Portugal, cierran un centro de urgencias cercano a la frontera española. Los vecinos se enfadan y ondean banderas españolas, ahora se van a las urgencias españolas. Prioridades del gobierno luso y diálogo necesario para que los esfuerzos entre naciones den su fruto, por el bien del ciudadano. Diálogo, última palabra.

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