domingo, 18 de abril de 2010

a construir

No me duele España ni quiero a España. No soy patriota, no me siento vasco ni madrileño ni nada. Soy persona y punto. La verdad por delante. No entiendo por qué se engrandece este país cuando gana Alonso o Nadal. Ni de qué nos podemos enorgullecer. Se podrán enorgullecer ellos. Me puedo sentir orgulloso del trabajo abnegado y callado que hacen seres humanos todos los días, sin golpes de pecho ni agitar de banderas, unos nacidos aquí y otros nacidos fuera de aquí. A algunos de aquí no les gusta que los de fuera también construyan. Entre todos construyen este país día a día, con honradez, civismo, sentido de ciudadanía y ejemplo. Esta sección dibujará bosquejos de esta España que a algunos les duele tanto sin saber el mal que están haciendo. Se nos va la fuerza por la boca, siempre ha sido uno de nuestros problemas.
Esta semana leo que los españoles vamos al médico más a menudo que los ciudadanos europeos. Hay algo que no entiendo. Somos el país de la dieta mediterránea, la comida y la cena elevada a arte, y sin embargo,… ¿No será que comemos como cerdos y que lo de la dieta saludable es un mito o leyenda urbana? O será que fumamos como carreteros, cometemos excesos de todo tipo, somos unos quejicas o la soledad la combatimos visitando al doctor. Aquí hay material para varios libros. Hay una enfermedad que algunos no exponen al doctor en sus visitas, es la autocomplacencia, mal de muchos y consuelo de tontos. Mal que desde el poder ha sido divulgado en los últimos años, sinónimo de aquel “España va bien”. No hay peor mal que hacer creer que somos los mejores para tumbarnos a la bartola. Así que bienvenida la autocrítica que no es pesimismo ni quijotismo sino fuente de realismo.

No hay comentarios: