martes, 5 de enero de 2010

la primera del año

“Pero el verde paraíso de los amores infantiles, el inocente paraíso lleno de placeres furtivos, está ya más lejos que la India y que la China” (Charles Baudelaire)
Ahí quedan también lejanas las tardes de vísperas de reyes, en un baúl, pleno de vivencias en escasas horas, tardes escasas, contadas con dedos de manos, las propias, nada más que cincos de enero, cargadas de ilusión, de frío y de recogida, de sueño presto, nervioso e incompleto, de despertares oscuros, de luz artificial que enciende los gritos, la exclamación, el pensamiento, la magia, todo es posible, de huellas, de pisadas, de olores, de ruidos, de gestos, de sombras, de mas que ilusión, de culminación, de todo es más que posible, de que ojalá no acabe nunca.

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