El cine tiene la etiqueta de caro, espectáculo o vicio que cada vez cuesta más, dicen los críticos. Si equilibramos el precio con la oferta, a veces nos tendríamos que callar.
Hace algún tiempo, una encuesta hacía notar que una vez llegada la hora de partir, una mayoría de personas se lamentaba de no haber tenido una mejor relación con sus hijos y de no haberse atrevido en la vida a hacer más cosas. Un aviso para navegantes, para aquellos que todavía tienen tiempo, y que sólo necesitan la ayuda de la voluntad. Todo eso y mucho más puede encerrar una película, lección de vida en dos horas, mostrada con sensibilidad, con la dureza de la soledad, plena de injusticia y en búsqueda de la justicia, mostrando la difícil integración de una sociedad multi cultural que desnuda sus miserias y sus bondades. Difícil dar más por menos.
Gran Torino (2008)
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Hace 4 semanas
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