viernes, 27 de febrero de 2009

sólo un juego

Un partido de fútbol no tiene vencedor a los puntos como en esos combates de boxeo donde se premia al atacante voraz antes que al encajador de golpes. Pero aún y todo parece que los aficionados al fútbol tengamos interiorizada esa idea de alabar el esfuerzo atacante de un equipo cuando al final no obtiene el premio deseado en forma de gol y de victoria y solemos decir que han merecido la victoria. Solemos olvidar el también esfuerzo defensivo de aquellos equipos que por razones varias, menor calidad técnica, menor poderío físico,… consiguen sacar puntos o incluso victorias, que luego la prensa denomina cicateras. Ojala todos los partidos enfrentaran equipos que de cara al espectáculo pudieran brindar un toma y daca continuo, parejos en las habilidades y en el derroche físico. Tan interiorizado está el concepto de los méritos que a veces hasta un niño de catorce años es capaz de decirlo, lo extraño es que lo diga después de perder dos puntos en el último suspiro ante un rival del que dice que se ha merecido empatar, ese empate justo del que hablan los cronistas. Y es que lo más normal es que tras la red los méritos vayan vestidos con los colores del propio equipo. Lo que sorprende de ese niño es que todavía entienda que esto es un juego que admite tres resultados posibles y que asume que cualquiera de los tres es válido, y eso vale mucho.

No hay comentarios: