sábado, 1 de noviembre de 2008

atentos y despiertos

En unas pocas horas, el mundo puede asistir a un acontecimiento especial. Si se cumplen las expectativas de voto, el hecho de que Obama llegue a la Casa Blanca no es algo trivial. No se trata sólo del color de su piel, algo histórico y con gran carga simbólica, señal también de normalización y de que las oportunidades pueden llegar a todas las capas de la sociedad. De lo que se trata aquí es de lo que ha dicho y dice el candidato en cada mitín. De la movilización que este señor está llevando a cabo con su mensaje de cambio. Las esperanzas que muchos americanos parecen depositar en él no pueden quedar defraudadas. Al igual que ellos, millones de no americanos también esperan y confían en otra forma de hacer política, es decir, en ser más justos y en construir un mundo mejor. Decía un personaje de un relato de William Faulkner, ante los acontecimientos que se sucedían vertiginosamente en el final de la guerra civil americana, y que presentaban el fin de una era, que no se podía permanecer dormido: "¿No es preferible estar despierto? ¿Quién puede querer dormir ahora, con todo lo que está pasando,habiendo tanto para ver?" Mucha gente está así, expectante, deseando ver lo que va a suceder. Yo le pediría a Obama que cumpla lo que dice, que no nos deje dormir y que las esperanzas no sean sólo eso.

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