miércoles, 3 de septiembre de 2008

la familia

El ministro de Trabajo, Corbacho, ha reflexionado últimamente sobre la necesidad de endurecer la política de reagrupamiento familiar para los emigrantes. Algo que leído así no es más que un conjunto de palabras juntas que forman una frase, frase que cuando se asimila dice algo así como que va a ser más difícil que las familias de los inmigrantes se junten. Algo que en principio no suena muy bien porque los de aquí nos pasamos la vida de aquí para allá, visitando a la familia, reunidos, disfrutando de eso que la gente define con otra frase, esa que dice que “la familia es lo más importante”. Pues a los de fuera les vamos a decir que se aguanten un poco, que ganen más dinero, para que no vivan todos en cuatro metros cuadrados, que hay factores económicos para evaluar las reagrupaciones,…, Oiga usted, dar amor a los más cercanos y poder compartir con ellos la última parte de su vida debería estar por encima de todo. Decía hace unos días, Ramón Garro, de origen peruano y director de Inmigración del Gobierno Vasco lo siguiente: “contratamos inmigrantes para cuidar a nuestros padres y les negamos el derecho de cuidar a los suyos”. Conciso y claro. Algo fallará si esto al final acaba llevándose a cabo y no permitimos que cuando después de acabar su jornada de trabajo, lleguen a casa estas personas, no encuentren a su familia o a parte de ella esperándoles.

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