lunes, 11 de agosto de 2008

niños todavía

Usted es padre, aparte de eso, en su vida profesional es profesor de autoescuela, y decide emprender un viaje por España para concienciar a los más jóvenes sobre la importancia de la seguridad vial. Hasta aquí nada raro. Pero la noticia sigue y dice que el profesor y padre no va a llevar el volante, sino que será su hija, de 12 años, la que pondrá sus manos. No aclara quién llevará los pedales. La noticia como broma no está mal, pero no, no es broma, tanto que los Mossos d’Esquadra abrieron diligencias y le han pedido a la familia que no salga, a la espera de un informe de la fiscalía de menores. Independientemente del vacío legal que parece que hay al respecto y que la familia pretende aprovechar, ellos mismos dicen que van a hacer algo “curioso, fuera de lo normal, pero no fuera de la ley”, lo que a mí no me gusta de este caso es la utilización de la niña por su familia. Perfecto que el padre quiera concienciar al país sobre la seguridad vial, perfecto que esté dispuesto a sacrificar parte de su tiempo libre recorriendo España con su campaña, pero conduzca usted y que su hija lleve la pancarta, no al revés. La niña en cuestión conduce karts y parece ser una campeona en ciernes, lo cual no garantiza que tenga el conocimiento y sobre todo el nivel de responsabilidad necesario para circular entre miles de vehículos en ese papel protagonista que parece que le adjudica el padre a la hija. Desgraciadamente, en ocasiones, los padres nos escudamos en los niños para tapar agujeros negros que nos carcomen por dentro y muchas veces “obligamos” o utilizamos a nuestros hijos para llevar a cabo objetivos nuestros. Yo tengo dos hijos que rondan la edad de esa niña, normales para su edad, ni superdotados ni infradotados, y mire por donde, yo no les dejaría coger el volante todavía, hay algo llamado responsabilidad paterna, ¿o no?

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