jueves, 29 de mayo de 2008

muerte y marte

La otra noche, uno de mis hijos se sorprendía cuando comentábamos que en cada segundo que transcurre hay personas que nacen a este mundo y que mueren. Fuera de su pequeño ámbito el globo tiende a reducirse de tamaño. Hay páginas en Internet que muestran un contador de nacimientos y defunciones, con las diversas causas de fallecimientos. La muerte, esa que no entienden los niños, se deja ver cada segundo. En ésta también hay categorías. Las hay inevitables y las hay aparentemente evitables, como por ejemplo los 26.000 menores de 5 años que mueren diariamente al día por enfermedades que aquí están controladas. Los datos son de UNICEF. A la par que salía esta conversación, las noticias hablaban de que una nave había llegado a Marte y había enviado las primeras fotos tras atravesar los millones de kilómetros que nos separan. Estas habían tardado 15 minutos. Los progresos técnicos parecen no tener fin, afortunadamente. Parece sencillo dejar algo minúsculo en el universo, que viaje, que no le pase nada, que aterrice y que mande fotos. Para no comparar peras con manzanas, quizás no merezca la pena el comparar este hito de la ingeniería con el utópico hito de acabar con lacras más cercanas. Son temas diferentes dirán muchos. La conclusión es que cuando se trata de enfrentarse al ser humano y a sus problemas, algo pasa. Otro de mis hijos dio su opinión: no les interesa. Aunque querer es poder, las voluntades de los voluntariosos parecen ahogarse en la falta de interés de los poderosos.

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