Una calle, una escalera y un descansillo sirven de escenario a una pareja que protagoniza un primer capítulo precioso, “a veces algo que pasaba se llevaba la mirada de uno cuando el otro iba a buscarla”.
Tras esa narración íntima voy perdiendo el hilo en los dos siguientes capítulos y acabo perdido en un texto que se vuelve demasiado complejo y difícil de seguir.
Estación. Ida y vuelta. Rosa Chacel. 1930
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