domingo, 27 de agosto de 2023

tren

Ando, si no ando no veo, si no veo puede que no me salgan las palabras, así que con lluvia o sin ella, con paraguas abierto o cerrado, con esas nubes olvidadas, con vientos y con claros enfilo mis pasos, allá la torre de iglesia al lado de las residencias, allí de donde todos quieren escapar. Después siguiendo hacia el sur me topo con la valla, que allá tiene un color y acá otro, es el sol el que engaña, azul azul cuando pasa el tren dejando un eco al alejarse. Lo oirán todos los días los vecinos, sabrán sus horarios, viven en casas altas, algunas coloreadas por fuera, la mayoría sin balcón, qué error. Asalto las vías hasta cuatro veces, por abajo y por arriba, me encuentro con paseantes en su mayoría solos, es domingo. Luego un perro que parece albino y que atado a la entrada de una tienda me recuerda que quiero ver a Luna, luego un pintor urbano ataviado con gorra que spray en mano tiñe de amarillo la pared, luego una familia africana vestida de fiesta, quizás vayan a una ceremonia religiosa a rezar o a dar gracias, andan con prisa, luego más agua, luego más cosas, todo eso andando.

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