martes, 13 de diciembre de 2022

sillas

Las sillas para ellos, la calle para los niños, para jugar, ellos charlan, al fresco, nosotros corremos, puede que hasta chillemos, que nadie duerme todavía, que hace calor, que la calle se llena de tertulias infinitas. No hay nada como jugar en una noche de verano con pantalones cortos.


Soy niño y desde abajo, desde el suelo, curioso, pequeño en tamaño, miro, veo las piernas de todos, sus caras están lejanas, sus cuerpos de gigantes se me antojan picos imposibles; ahora, un poco más arriba, sentado, sin elevar la cabeza sigo viendo las piernas de aquellos que cruzan las calles, con ese movimiento perfecto, inconsciente, que alterna piernas, izquierda y derecha.

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