martes, 15 de noviembre de 2022

premundial2022.1

Cuenta atrás para un Mundial atípico, por fecha, por localización y por todo lo demás, cosas como el posible soborno que lo facilitó o las condiciones laborales de los trabajadores que levantaron las infraestructuras o el tener como sede a un régimen feudal regido por la ley islámica con todas las implicaciones sociales que ello conlleva; en resumen, un poco o mucho de hipocresía que todos meteremos debajo de la alfombra, a buen recaudo; y así es que estaremos atentos al televisor en tardes oscuras, con la calefacción encendida, disfrutando de uno de los mayores espectáculos del mundo, a diferencia de anteriores citas veraniegas donde primaba el calor y la ventana abierta. 
Verano como el del 74 donde muchos niños nos hicimos de Holanda y hasta del Ajax para muchos años, quizás hasta la final de Sudáfrica, no sé si por el pelo largo de Cruyff y compañía, o porque España no contaba todavía, o por la camiseta naranja, o por lo bien que jugaban esos tíos, mezclando velocidad, verticalidad y algo más, intangibles incomprensibles para un niño que veía el fútbol en blanco y negro. Y no se llevaron aquel título y nunca ganaron un Mundial y la vida sigue con ese algo de deuda que siempre tendrá el fútbol para con aquella selección.

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