Una luna que al principio era sincera se convirtió en mentirosa. Y más tarde el sol apareció a lo lejos (le faltaban rojos).
Ya entera, plena, la luna deja algo precioso en el mar.
Primero cenamos con escasa luz, indirecta, después las escaleras nos llevaron a la cala oscura donde los cantos rodados llevan ya un tiempo siendo zarandeados. El movimiento genera un sonido de cascada de piedras, de derrumbe permanente, anárquico y precioso.
El peñón es una peña muy grande, vigía silencioso
Subiendo la cuesta me encuentro un árbol en el camino. El túnel, con cadenas para sujetarse, está pisado y pisado. Su final pone también punto de retorno a la excursión. El vértigo asoma.
Debajo hay otra cala preciosa, los peces al lado, curiosos como nosotros o juguetones, hábiles para acercarse y alejarse.
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