clásico

Clásico en Las Vegas, amistoso de verano, de Julio, nada en juego, pero la cobertura no falla, hay retransmisión en directo cuando la España que puede dormir duerme, luego en diferido, noticias de portada aquí y allá y todo por lo de siempre, por la eterna rivalidad o por el liderazgo del fútbol nacional o europeo o mundial. Si tomas las seis competiciones nacionales, tres de fútbol y tres de baloncesto de los últimos diez años y haces cuentas te salen sesenta títulos y sesenta subcampeonatos. 47 de los primeros se los reparten Barcelona y Real Madrid así como 38 premios de finalista, lo que da un total de 85 apariciones, o lo que es lo mismo, un 71%. El resto queda repartido entre muchos equipos que con su sudor, su esfuerzo y su tesón se llevan algún trofeo o premio de consolación muy de vez en cuando; los aficionados de esos otros equipos participantes, saben, sabemos, que poco o nada hay que hacer, salvo aplaudir la garra, la lucha y dependiendo del día apagar la tele o mirar para otro lado. Y todavía hay periodistas, así se autodenominan, que le quieren poner emoción diciendo eso de que juegan once contra once, u otras veces cinco contra cinco. Quizás habría que decir lo otro, que jueguen ellos todos los días pero que nos dejen el balón a los demás.