viernes, 17 de septiembre de 2021

vuelta.1

Es de día, una hora más. O todas, la luz inundándolo todo. Horario de verano sin ser verano. Florida la Florida, juego de palabras. No es cierto. Llegará el verde, mas tarde. El kiosko se rodea de reyes en su entorno, silencioso y vacío. Nubes que viajan a la nada. Armentia con o sin San Prudencio. Coches a la derecha. Se venden. Padel y radares que antes no existían. Hay ojos que mirar, hay  ojos que sueñan. Pared pintada, no la borren. Una autoestopista, despistada, en el siglo XXI, a pie de salida, en rotonda de Ibaia. El Gorbea, nevado, harinado más bien. Polígono industrial que siempre parece desierto, Santa Engracia, una cocacola para mí, luego club, luego maderas. Ahora leña y una ikurriña ondeando, descolorida. Se acaban los Llanos, industriales. Nunca se llamaron así. Riberas de río. No se ve el agua. Torre de vigía y túnel que salva obstáculos. ¿Dónde está el Ebro? Se atisba a la salida. Allá por la Puebla. Hemos llegado a Treviño. Burgos, Castilla y León. Enclave aislado, rodeado. No se expande ni se comprime. Acceso a la autopista para esquivar Miranda. Por debajo del quitamiedos se ve el río inerte. Crecen las hierbas, comestibles. 

Quizás esas montañas me llamaron. Entre ellas la brecha de Pancorbo. Pájaros que buscan desechos o carroña, canteras, arena por toneladas, adelantar para parar metros mas adelante. Qué absurdo. El desfiladero desde lo alto parece pequeño, abordable, humano. La vía desierta, luego el puente, luego oscuridad, el túnel de Hontoria. Luego el de Barrio, pasamos lo peor. Estamos a la altura de las águilas. En San Nicolás recorremos 155 metros. Luz amplia después y bajamos rodeados de verdes y ocres. Dicen que pueden cruzar animales. ¿Dónde estáis? En los coches. Un proyecto de polígono inacabado, con farolas huérfanas. Recuerde, 120. Se olvidan, nada destacable después. Silencio, el paisaje cambia. A mí me fue cambiando la vida.


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