miércoles, 29 de septiembre de 2021

viena.4

Hay historias que se pierden o difuminan, o se confunden. Dicen que uno de los varios santos llamados Vitalis fue el segundo obispo de Salzburgo, allá por el siglo VIII. Hay textos que refieren que una reliquia de dicho santo se venera en la iglesia de San Ruperto, la más antigua de Viena. Lo que nos cuenta el señor que cuida el pequeño recinto es que el esqueleto vestido en estilo barroco que vemos tras los cristales de una urna corresponde a un soldado romano que se negó a seguir matando cristianos y que recibió el mismo castigo, convirtiéndose en mártir. Añade que vaya usted a saber la realidad. 

Lo que si es real es el contraste con otras iglesias, como la de San Pedro, ampulosa en su interior. También es real la Viena que vemos ahora de otra forma, en un extenso free tour que nos lleva por calles y plazas, desgranando historias y datos de forma amena. Las paradas se suceden y las explicaciones aumentan mientras se nos habla de los emperadores y de sus familias, de Hitler hablando desde ese balcón tras la anexión de Austria, o de los palacios y de las tradiciones. Nos deja deberes la guía en forma de nuevas visitas o de puntos culinarios. No todo se puede hacer. Hay más paseos, suelas gastadas, piernas cansadas, más calles y parques. 

Y fuera del circuito turístico hay vistas desde un piso 35, de 360 grados, aquí las aguas, allá los coches, los aviones, muchas luces, es de noche, y mira, más lejos, esa noria que da vueltas.

No hay comentarios: