martes, 15 de septiembre de 2020

praia mira

En la playa de Mira se rompen las normas de lo que conozco por tal. Arenal inmenso, kilométrico, protegido por dunas, claridad, arena, olas, gente diseminada, más banderas rojas. Espacio para perderse sin prisa. Suave brisa, espuma, olas que nos alcanzan, equilibrio en duda, el agua que se retira produce vértigo. Y no veo la costa allende el océano. Nadando no la alcanzaría. Me pregunto cómo sería tomar el barco y sólo ver agua durante días, rumor incansable, el que no se percibe desde un avión cuya sombra esconde el sol para un solitario pez. Por lo demás hay paz, calma, vida contemplativa a orillas de mar o de lago inmenso que se llena de coloridos patines. No calculo las distancias, a ojo de buen cubero no sé cuánto puede medir el lago ni el mar ni el cielo.

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