martes, 8 de septiembre de 2020

coímbra

También llueve en Coímbra. Andamos bajo la lluvia, bajamos y subimos con cuidado cuestas que parecen querer resbalar. Compramos libros, cruzamos el río dos veces, paseamos el Mondego verde, casi solos. Algún loco más comparte nuestra querencia por sentir la lluvia cerca. Comemos por tercera vez en Sé Velha. Se lo decimos al jefe. Por segunda vez visitamos el museo Machado de Castro. La sección de escultura es fantástica, sobresaliente Joao de Ruao. Visitar museos en tiempos de covid dilata la visita. Conclusión, nos repetimos en nuestras rutinas. Algún tiempo muerto, vemos llover tras los cristales, cielo y tierra casi confundidos, y a seguir. Paseos en ciudad que atrae turistas siempre, jóvenes y mayores. Y por casualidad damos con el jardín Botánico de la Universidad, casi diluvia en el fabuloso bosque de bambús, nunca hemos visto nada igual. Fantástico el sonido, aguantamos, los charcos aumentan. Humedad, vegetación, árboles y agua. Y paso a paso una cuesta más o menos; y todo llega, después de un día de paraguas deja de llover. Hoy no puedo hacerlo, cielo cubierto, ayer busqué una estrella y pedí un deseo.

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