lunes, 11 de noviembre de 2019

más brighton-2


Nubes que vienen del sur y que quieren tapar el sol. ¿Oíste las gaviotas que madrugan? Humos de chimenea y grúas que ya estaban. Hay dos colores cerca del mar, el cian y el blanco. El primero quiere imitar a los infinitos tonos marinos y el segundo reluce al sol. Brighton por la mañana es paz y aguas suspendidas, corredores, runners, bañistas intrépidos o insensatos, y evocación de tiempos pretéritos. El sol que quiere, él que puede. Y sentados de otra forma encima de la Madeira Terrace parece que todo se puede.
Viajando a Saltdean ya sé por qué el mar es cian. Y hay verde y agua y nubes que vienen y descargan sin piedad. Con viento que rompe paraguas, con pub patriótico en Rottingdean. Y ciegos, desde el bus no se ve dónde estamos, llenos de gotas y vahos. El mundo se derrama y es de noche y es temprano, será día allá lejos. Luego guitarra y más. Son casas blancas. No sé si se oye todo más allá de las ventanas. Sí se oyen acordes y hasta se escuchan silencios y se grita gol sin fútbol.
Al borde del mar las casas se dan la vuelta y las olas luchan por alcanzarnos.

Será en la mañana siguiente cuando después de desayunar andamos para alcanzar pueblos que comparten la orilla del mismo mar. El que hace unas fechas movió piedras que ahora llenan el paseo, creando escenarios nuevos y alcanzando objetivos no imaginados. No subestimar la fuerza de las olas que hoy parecen inocentes. Bicis, patines, corredores y paseantes. Domingo al sol. Buscamos comida, no encontramos el asado de domingo y acabamos con especies indias que despejan la mente. Subir la cuesta de nuevo, decir adiós a la casita blanca, verles en la ventana, esquivar la lágrima. Todo antes de tomar un tren que nos devuelve a la noche del domingo. Todos vuelven, atestado, unos cansados, otros satisfechos, habrá de todo, compartiendo la luna, más redonda, más blanca, más luna.
Volviendo sin ver lo que sucede ahí afuera. Respirar a pleno pulmón, la suave brisa. ¿Viento de cola? Es una sensación. Acabando a Auster llegamos a Madrid.

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