
De vuelta a Brighton, tiempo
para comida en truck food (griega) y nuevo viaje hacia Devil’s Dyke. Se invoca
al diablo pero encontramos todo lo contrario en nuestro destino, paz. Algo más
de frío y viento bajo el sol. Hay colinas, verdes, valles y senderos con
caminantes y perros, muchas vacas, negras, y ovejas grandes, fotos y más gente.
Al fondo parece que hubiera boina negra de contaminación, más al fondo el mar.
Subimos, bajamos, pisamos hierba. Cola en la espera para volver.
Descansamos
con la taza caliente, algo de guitarra, sentimiento y risa. La vida del sábado
en las calles, se bebe, mucho, se notan las consecuencias pronto. Cena de
buffet, normal. Despedida de soltera, gente en locales, tatuajes, hay convención
en la ciudad. Recuerdo el mar, nadie se lo tatúa. ¿Es posible?
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