sábado, 12 de agosto de 2017

simple



A veces lo sencillo o simple es lo más efectivo. Nueve personas bailan. Tres de ellas cantan. La música viene puesta, no hay orquesta visible. Los que cantan lo hacen bien, dos sobre todo, los que bailan también. Se cambian los vestidos, se ponen ropa, se la quitan. Las luces que les ciegan casi y ellos cantando al mundo, ese de delante suyo, butacas pobladas. Aplausos para cada número y ovación final. El producto se llama Viva Broadway, el musical. 25 piezas rescatadas, no están todos representados pero es que no hay tiempo para más. Condensar no es fácil. Aparece Abba, Grease, y muchos más. Álvaro Puerta e Idaira Fernández destacan sobre manera, poniendo voces para hacer lo más difícil de la forma más simple. Cantar para emocionar. Todo en el teatro Amaya en tarde/noche que derrocha calor y bochorno, donde a la sombra hace calor y donde el aire no se mueve una pizca. Siguiendo con lo sencillo descubro que Nely Reguera debutó el año pasado con María (y los demás). Es una película de esas donde se dice que no pasa nada. Pero pasa de todo, aquello que nos mueve diariamente. No hay tiros, violencia, persecuciones…Se representa la vida en un periodo de tiempo determinado, corto. Situaciones conocidas, reflejadas por unos actores que parecen no actuar, simplemente, personas puestas delante de una cámara que hacen lo que todos nosotros cuando se sientan a comer, o cuando trabajan, o cuando se encuentran. Por encima de todos, protagonista, Bárbara Lennie. Sin alardes, sin gestos, sin artificio. La escena de la playa, en su  conjunto, para el recuerdo. Miento, hay carreras, alguna, de hecho así acaba la película. Para ver y para seguir.

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