Lo más importante de lo menos importante. Lo dijo
Valdano. Salvo que no haya nada que merezca la pena más, en cuyo caso las
exposiciones futbolísticas serían el máximo exponente de lo que verdaderamente
importa. Copa del Rey, final. Las aficiones se desplazan, en masa, muchos
silban el himno patrio, se siguen asumiendo derechos y faltando al respeto. El campo
no se llena. La Federación culpable. Todo lo contrario que en Inglaterra,
90.000 almas que llenan y cantan el God Save the Queen. Envidia y escalofrío
ajeno y lejano. Todo por los colores, que van de blancos a granas mezclados con
azules. El Alavés vuelve, 16 años después. Nunca volverá el niño que vibraba, o
adolescente, o incluso adulto; esa adultez tiene etapas, sí, existe la palabra,
y la que ahora vivo, la era actual, me frena los impulsos primarios o quizá no,
no haya freno, es que los impulsos están semi apagados, un rescoldo. Y es que
todo se pasa, todo pasa y todo queda, diría el poeta. Quedan las brasas, que se
ventilan con el aire. Y la pasión se desvía o se templa. Será que el niño se
hizo muy mayor. Será que hay vida después del fútbol, será que la masa me da
miedo, que me asusta, será que la individualidad de los seres me fascina y me
aterra, será que me voy apartando del mundo. Será que mi fútbol se apagó tras
un traje amarillo y pantaloneta azul. Será la primavera que abruma, el verano
que llega, que sueño con correr mientras que antes corría y a la vez soñaba.
Sea lo que sea, David y Goliat, una historia que nos llega repetida. Dicen que
el césped iguala a todos. Once contra once. Con diez nunca se jugó mejor. 15 de
Febrero de 1978. Alavés, 1, Barcelona, 0. No jugó Valdano, pero sí Cruyff. Yo
quería verle y que el Alavés ganara, y lo hizo. En la vuelta remontaron los
culés. Cuando el holandés le dijo al argentino aquello de “a mí se me trata de
usted”. No hay igualdad el sábado 27 de mayo de 2017. Dios contra el hombre, u
hormiga contra paquidermo. Se vuelve a reencarnar el omnipotente en forma de
Messi. El verde puede confirmar la igualdad, cuando ésta existe, pero resalta
las desigualdades. El sistema lleva años encargándose de acrecentarlas, los
poderosos lo son más, y los pobres, mas pobres. Y alguien espera milagros a un
solo partido. Los pobres aportan colorido en las gradas, orgullo, moral, pero
no acaban en los libros de historia. Quedan recuerdos en su memoria, libro
particular de cada uno. El sistema es inamovible, pétreo, cerrado. Contra eso,
lucha, pasión, insuficiente. Lágrimas después. No hubo gallina en la piel, que
diría Johan, ni piel de gallina.
domingo, 28 de mayo de 2017
sábado, 27 de mayo de 2017
deporte
Recorrido por el deporte americano. También internacional en versión
olímpica. Libro de biblioteca, dos lectores en muchos años. Interesante, al
menos para mí. Paseo por la historia, la integración racial y el deporte, el
negocio, los escándalos y amaños, el boom de la televisión que todo lo cambia
con su aporte de dinero. La tragedia de Munich. La influencia de Muhammad Ali
en el conflicto racial norteamericano. Boxeadores que mueren en el ring como
Kid Paret, precursores del running como Jim Fixx que murieron con las
zapatillas puestas. Historias como la de Kathy Ormsby, prometedora corredora
universitaria que en plena carrera toma otro camino para saltar por un puente y
quedar paralítica. Los infinitos caminos del deporte. Glorias, efímeras la
mayoría de las veces.
Winning is the only thing. Randy Roberts and James Olson. 1989
2666
Fecha futurista como título. Cinco obras en una. El autor dijo que se
publicaran de forma independiente. Se estaba muriendo. Los editores no
siguieron el consejo e hicieron una publicación conjunta. Volumen de más de mil
páginas, inacabado. No quiero pensar la dimensión que podría haber tenido. Y mejor
no pensar en lo que podría haber hecho Bolaño de no haber fallecido
prematuramente. Contador de historias, infatigable, enlaza aquí y allá. Una
primera parte más plana, de emociones contenidas. Una segunda que comienza de
forma vibrante, con historias que parecen quedar inconclusas, y que cada una de
ellas podría dar lugar a una novela. Encadenar historias, sin más objetivo que
contar y contar. Se busca a un escritor. Tercera parte con periodista como
protagonista. La cuarta presenta los
feminicidios de México. Tremendamente dura, fría. Policías, agentes, muertas,
asesinos desconocidos. Parece una crónica periodística, de lectura mañanera,
los sucesos de ayer. Descripciones de vidas que han sido cortas, nada se
resuelve. Llegamos a la quinta, encontramos al escritor, la forma encandila. Todo
tiene relación. Un placer para el lector, sin deseos de terminar, hasta que lo
acabo de golpe. Otro imprescindible. Esto es otra cosa, alejada de los
thrillers al uso, puede haber muertos y detectives, pero los caminos de la
palabra difieren, tanto como la noche y el día. Bolaño y las cumbres
literarias.
“el lujo de pensar y no salir huyendo”
2666. Roberto Bolaño. 2004
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