Decepción es la palabra. Estuve en la presentación del libro en Úbeda.
Me gustó lo que dijo el autor. Me gustó su aproximación a la construcción de
una novela histórica. Pero ya desde las primeras páginas percibo que algo no
encaja conmigo. Está de moda el buscar asesinos en unos u otros lugares. Parece
ser una excusa para visitar escenarios de novelas. Habría que pensar que las
autoridades locales incentivan este tipo de literatura. Estuve no hace mucho en
Albarracín y me suenan familiares nombres y espacios. Un asedio del pasado,
real, sirve de decorado para la trama de intriga. Hay muchas clases de libros. No
dudo que enganche. Pero quiero algo más. Quiero no leer frases hechas. O quiero
que los personajes no me cuenten una lección de historia como si fueran
profesores de instituto. Quizás la clave la dio el autor cuando habló que se
debe al público, o a un tipo de público que quiere eso y busca recorrer las
calles donde aquel personaje dio muerte a éste otro o donde la historia acabó. Para
gustos están los colores.
La ciudad. Luis Zueco. 2016
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