sábado, 14 de enero de 2017

agendas



Las agendas ya no se llevan, manuales, de boli. Todo se fía al teléfono, que puede con todo. En el año 75 yo todavía vivía en la antigua casa. En Noviembre murió Franco y yo me desperté en la nueva casa. La mudanza tuvo que ocurrir entre medias. Quería ser diario y casi no lo fue. Reutilizada después para anotar películas. Mas que diario de vida, diario de tareas de clase. El diez de Enero anoto: Redacción: la guerra en nuestros días. Siguen los conflictos. Quiero pensar que hablaría de la tecnificación de ésta. De cómo matar mas rápido y sin mancharte las manos. Seguimos parecido. Hoy todo se guía hacia el destino. Sin enterarse que van a morir, sin ver llegar al enemigo a pie o a caballo. Es un objetivo y punto. Si falla se pide perdón pero el muerto sigue entre escombros. Pasamos a raíces, ecuaciones y quebrados. Hablamos de geometría y aritmética. Soy escueto en esos tiempos. Más películas, El sol siempre brilla en Kentucky. No puede ser cierto. La filma John Ford. Y el título original no concuerda. Sería algo así como El sol brilla fuerte. Manías de nuestros mayores. Quizás lo de Kentucky suene a exótico, en los años 50 sobretodo. Un reclamo. Mas películas, algunas son clásicos, El cartero siempre llama dos veces y una escena para la posteridad, sobre la mesa de la cocina, alto voltaje. Lo demás en blanco. Llego al final, agenda de teléfono. Un par de números. Antiguos amigos, perdidos en el tiempo. Todavía la Avenida era la del generalísimo. Es Vitoria. Acaba el año y se acaba de morir el dictador. Entonces nadie le llamaba así. Todo cambiará. Dos papeles perdidos, una rifa pro-fiestas Murgia 1985 que sortea lo de siempre, viajes, abonos y una tienda de campaña. Y un vale para el cine a precio especial. Para el Astoria Palace y el Azul. Éste último, en la Plaza de Zaldiáran. Azules sus butacas, oscuro como todos. Del primero equivoco su ubicación. Google al rescate. Su magia lo ocupa el primer Zara de Vitoria. No es lo mismo, no me comparen. Está claro que no lo disfruté, el vale. El cine sí. Otras agendas están vacías, nunca usadas. Nunca anotadas. Otras mas recientes, es un decir, 1996. 25 febrero, quinto metatarsiano del pie izquierdo que rompe, es el balón, es un gesto. Tarde de Domingo que acaba en urgencias. Tres semanas escayolado. Rodeado de enanos, por el suelo, tirado. La vida es así, hasta bonita. Luego, viajes, muchos, mucho trabajo. Barcelona en el horizonte. Volar y volar, en esa línea desaparecida. Nada fue lo mismo después del accidente. Era Spanair. Un puente aéreo. Vuelta atrás, 1978, notas, tareas. Vuelvo a empezar las anotaciones, enseguida me canso. Propósitos de nuevo año, incumplidos. Llegan los Reyes, camiseta y balón, y coche dirigido, y raqueta de ping-pong. Ir al fútbol, nieva en Enero, tormenta de nieve. Nada más, transcurre el resto del año en blanco. Pero no será por la nieve.

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