sábado, 9 de julio de 2016

fray francisco de vitoria

Hombre de pensamiento, mas que de acción, estudioso siempre, y buen pedagogo en su enseñanza. Estas relecciones (disertaciones que pronunciaban los catedráticos sobre algún punto doctrinal, dicen que pronunció 14, aquí se muestran dos) se basan en apuntes de estudiantes (estas son del bachiller Francisco Trigo). No escribió obra alguna expositiva de sus ideas.
Como objetivo,  hacer pensar, reflexionar…., llegar a conclusiones.
La conquista de América bajo análisis.
Se discute y se citan documentos de antaño, también los testamentos, nuevo y antiguo.
Santo Tomás o San Agustín son invocados. Se reflexiona y se concluye.

Preguntas y respuestas…aquí quedan algunas.

¿Eran los bárbaros, antes de nuestra llegada, verdaderos dueños pública y privadamente? Es decir, dueños de las posesiones privadas y si había algunos príncipes y señores de los demás.

El ser infiel o estar en pecado mortal no impide que los bárbaros sean verdaderos dueños, no pudiendo los cristianos ocuparles sus bienes….y además nunca nos infligieron injuria alguna…
¿Por qué título pudieron los españoles entrar en posesión de ellos o de sus regiones?

¿Se puede castigar a aquellos que pecan contra la ley cristiana?

No se puede castigar sin condenar. Y no se puede condenar jurídicamente porque no pueden ser claramente convencidos de que obran mal (consumo de carne humana o sacrificios humanos).

¿Qué es lícito en una guerra?
Lo necesario que lleve a la victoria, por tanto habrá cosas innecesarias.
Siempre, consultar a los sabios en temas de conciencia, es decir a la Iglesia….
“En materia dudosa debe consultarse con aquellos a quienes corresponde enseñar sobre ella…”
“Debe declararse por el parecer de muchos que sean sabios y probos”.

Quienes toman decisiones son doctos y buenos, creamos en su rectitud y justicia, pero luego oímos hablar de tantas “hecatombes humanas”… ¿se ha hecho justicia o injuria?

“La única y sola causa justa de hacer la guerra es la injuria recibida”.
No basta una injuria cualquiera para declarar la guerra.
Decía San Agustín que “las guerras justas suelen ser definidas como las que vengan las injurias, como ocurre cuando la nación o ciudad que ha de ser combatida ha descuidado castigar lo que malvadamente han hecho los suyos o restituir lo injustamente arrebatado”
Es lícito hacer en la guerra todo lo que sea necesario para la defensa del bien público.

El fin de la guerra es la paz y la seguridad.

Relecciones sobre los indios y el derecho de guerra. Francisco de Vitoria. 1538.

 

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