Sin pensarlo
se pasan los días, y llegó un día la primavera. Lo cantaba alguien y todos le
hacían coros. La música sigue generando emociones. Y la lluvia vino con ella y
las calles se pisaron nuevamente, después de la oscuridad. Y el cielo se puso
azul, y luego negro, y hasta aparecieron rayos, y también sonaron las entrañas
del universo antes de vaciar la negrura y mojar las calles, y los niños se
escondieron y los mayores rezaron, esas costumbres de antaño. Para alejar lo
inevitable, para ahuyentar los malos augurios. Nada vale ante la naturaleza que
tumba casas en magnitudes de escala de nombre extraños. Los pisos parecen
naipes y lo que creó el hombre lo destruye la tierra. Todo vuelve a ella, hasta
las alturas. De ahí a subir al cielo hay un trecho, real e imaginario. Camino para
vivir, de perfección o de locura, camino de espinas o de rosas. Algunos no
hacen camino, directamente lo agotan en un mar que conectó culturas y ahora las
divide. Somos humanos, y nada me es ajeno. El dolor ajeno no se hace
insoportable, uno se acostumbra, lo aparta, lo niega, lo mata. El egoísmo como
refugio. Nada importa más allá. Nada, la vida es para vivirla, para los que
pueden hacerlo. Otros se verán condenados a la profundidad de esas aguas que
han visto crecer y morir culturas, imperios y vidas. Sobre todo vidas.
viernes, 22 de abril de 2016
pies descalzos-2
El prólogo
del autor resume todo. Antológico, breve, esquemático, narrar todo en un par de
páginas. “Los seres humanos somos unos insensatos”, dice. Y luego habla del
trigo, como símbolo, pisoteado, pero que resurge. Pasa el tiempo y vienen los
americanos a dirigir el país y a sacar conclusiones médicas después de la
explosión. Con chicles para los niños. Los niños les venden cráneos de muertos.
Para conseguir dinero, para comprar comida. El emperador sigue siendo un Dios,
culpable de todo, de generar expectativas basadas en mentiras, alimentando la
codicia de los que siempre ganan algo en el conflicto. Algunos son críticos con
el poder. Los americanos son odiados, directamente. Los niños huérfanos hacen
eso y más. Hasta matar para sobrevivir, integrados en mafias que trafican con
comida y víveres. Se hace cualquier cosa para poder alimentarse, a uno, o a los
familiares enfermos. Los muertos siguen aumentando. Se roban los niños, la
propia hermana del protagonista, porque recuerda a los que se perdieron. Luego
morirá, inocente. Sigue la violencia como respuesta a la frustración. Sigue el
sol llenando viñetas, y el trigo como palabra que se invoca para pensar en la
superación. Sigue la vida entre tinieblas.
Pies
descalzos-2. Una historia de Hiroshima. Keiji Nakazawa. 1975
domingo, 17 de abril de 2016
iniciación
El sol
y las nubes juegan aunque éstas son minoría. Son restos de una niebla. Y la
mañana luce tras la sombra de un centro comercial. Es domingo y poco a poco el
parking se llena. Leer sin gafas para ver de lejos hace que uno no perciba lo
que sucede alrededor. Gente que viene y compra muebles para construir en casa. Aislado
por el sentido de la vista y por el sentido de hacer lo que se hace leo con
fruición. Es una lectura viva, de diálogos vivos, que comunica a padres e hijos
y a otros personajes. Es una novela de esas de iniciación, a la vida. Son 18
años los del protagonista, ocurre todo en pocos días y un par de meses antes. Un
trasfondo antiguo, el 11-S. Es Nueva York. Introspección. El que escribe es un
autor adulto, maduro. El que no quiere hablar es el protagonista. Sólo se
debería hablar para decir algo interesante. Mejor no hablar que expresarse de
forma inexacta. Pero él sigue hablando en primera persona. Pero es su
pensamiento el que habla, el que al traducirse al lenguaje pierde algo, o
mucho. La soledad produce desdicha. No sólo eso, sino el sentirse diferente a
los demás. El no saber por donde tirar en la vida. El no querer gastar el
tiempo en una universidad que le asusta. Miedo a ser adulto quizás. Le gustaría
pasar toda la vida en tránsito, en ese tren que no para y que vuelve a empezar su
trayecto. Genial la resolución final. El sol sigue ganando. Y la lectura acaba.
Los coches me rodean, los compradores van y vienen, ajenos ellos a esa tapa
verde. Ajenos a un mundo desconocido, el mío. Brillante y recomendable. Por
cierto, el título es una frase de Ovidio, poeta romano.
Algún
día este dolor te será útil. Peter Cameron. 2007
sábado, 16 de abril de 2016
carlos V
Muy recomendable
el libro del hispanista francés. La figura del monarca Carlos V se entiende
mejor a la luz del estructurado trabajo, leyendo con calma sus páginas. Hechos como el de la revuelta de esos comuneros “que
quieren ser reyes”, como dice el Almirante de Castilla cuando la rebelión se
extiende. Los objetivos del monarca se acaban perdiendo, la restauración de la
unidad espiritual de la cristiandad y la cruzada contra el turco. La religión
como guía de un reinado que se enfrenta a la división y al infiel. Y a los reformistas
como Erasmo que se quieren alejar de formalismos y centrarse en el núcleo de la
espiritualidad. Se analiza el descubrimiento y conquista de América, donde la
superioridad técnica, las creencias de los indios y su división hacen que un
puñado de guerreros sometan dos imperios. Y donde los conquistadores tienen
prisa por alcanzar un prestigio social que se les niega en su país. Y luego la
denuncia, desde el discurso de Montesinos a Bartolomé de las Casas pasando por
Francisco de Vitoria. Como dice el segundo, “mire que doctrina para los que no
entendían si era palo o piedra o de comer o beber el Avemaría”. Todo ello en las
páginas de un libro muy recomendable.
Carlos
V. Joseph Pérez. 1991
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