sábado, 16 de enero de 2016

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Seguimos camino, el Archivo de la guerra civil presenta una breve exposición de documentos relacionados con la contienda. La cueva de Salamanca es más leyenda que otra cosa. Torre que alberga chavales que se resguardan de las inclemencias del tiempo. El huerto de Calixto y Melibea luce poco, desangelado en invierno. En la fundación Mapfre expone Venancio Blanco parte de su obra religiosa. En el jardín obras permanentes. Artista que a sus 92 años conserva la ilusión y sigue creando. Paseamos por los aledaños del Tormes. Dos puentes que cruzamos, uno con tráfico y el otro de piedra, hermoso. La silueta de la ciudad al fondo, sin iluminar todavía. El río es ancho y caudaloso. Las riberas se han ganado para paseantes y deportistas. La noche ya se hizo y las monjas rezan tras las rejas en la capilla de Nuestra Señora de la Veracruz. Suenan voces jóvenes y sudamericanas vestidas de blanco con órgano. Cantan armoniosamente. Preside el pequeño espacio una Inmaculada de Gregorio Fernández. Las esclavas del santísimo siguen rezando. En la plaza mayor nos recibe la tentación de las tapas, un establecimiento que combina un mobiliario moderno y buenas raciones. La ciudad se recoge, mañana es lunes. Ya empezando la semana desayunamos en uno de esos sitios de barrio donde se desayuna de pie o sentado y donde el cristal da pie a escenas de niños que van al cole y a infinidad de personas que cruzan, van y vienen. En los patios menores hay un bonito claustro y en una de sus puertas se esconde el cielo de Salamanca, obra restaurada de Fernando Gallego, de 1473, que presenta motivos astrológicos. No pisar el césped, pone, inmaculado. Llovizna a ratos. Nos queda visitar las Dueñas, monasterio de dominicas. 32 monjas actualmente, nos dice la hermana que vende dulces en la portería. La visita merece la pena y mucho. El claustro, de dos alturas, es pentagonal. Destacan los decorados capiteles del nivel superior. Hay paz y soledad. Un par de salas en la parte de arriba. El museo del convento con diversos objetos y una estancia dedicada a la negrita. Monja nacida alrededor de 1676 en “La mina baja del oro”, que puede corresponder a la actual Ghana. Entregada a Carlos II como esclava a los diez años, y dada al Marques de Mancera. Una vez obtenida la libertad decide hacerse monja siendo rechazada hasta que consigue el ingreso en el convento de la Penitencia de Salamanca en 1704. Allí vivió hasta su muerte en 1748. Destruido el convento por los franceses sus restos se pasaron a las Dueñas. Está en proceso de beatificación. Es hora de partir, comemos en el camino, en la venta de la Canaleja, con vistas a las murallas de Ávila. Lumbre en la chimenea y abundante menú del día. Arrecia el aire de la sierra que asoma blanquecina.

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