sábado, 7 de noviembre de 2015

tiempos


Cuenta Vallejo Nájera en sus memorias que uno de sus profesores, el Padre Medina, les daba tres normas para escribir bien, a saber, leer, simplificar el estilo e imitar a Azorín. Leo yo ahora a este último, y quedo prendado a través de sus pequeños ensayos. Sale a la calle y observa, describe, y reflexiona. Viaja y filosofa. Estudia y crea. Se pregunta y deja abiertas respuestas, pero augura que algún lejano o cercano día desecharemos la idea de que somos el centro de la creación. Llegará en un instante de reposo o silencio, como aquel otro en que desempolvamos libros de la casa vieja, que ojeamos, “libros que no dicen nada y lo dicen todo, puesto que es nuestro espíritu, atosigado por la soledad y el silencio, quién habla en ellos…”

Tiempos y cosas. Azorín. 1971

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