Desgranar en dos meses una vida parece complicado y mas cuando el que
narra está enfermo de muerte, sabedor de un desenlace próximo. Y entereza
respira la conversación que bucea en la vida y obra del doctor. Se exploran
todas sus facetas, la profesional, la de escritor y la de pintor. Y sobre todo
la de ser humano, volcado en su familia. Hombre de profunda convicción
religiosa, quizás la fe le sostiene en esas últimas semanas de vida. Queda sobre
todo el reflejo de un hombre de bien capaz de hacer eso que él titula como proyección sentimental, o capacidad de contagiar sentimientos al
interlocutor. Simpatía, dicen de él, algo gratuito.
La puerta de la esperanza. Juan Antonio Vallejo-Nágera-Jose Luis
Olaizola
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