En cuatro kilómetros de carretera, la que une
Alcobendas con la autovía de Colmenar, punto de entrada y salida de la ciudad y
punto de acceso a la Universidad Autónoma contamos 32 bolsas de basura de color
naranja sólo en una dirección. En la otra debería de haber las mismas. Pura estadística.
Están llenas a la espera de ser recogidas. No sé cada cuanto tiempo el servicio
de limpieza limpia la mierda que los coches arrojan. Botes, botellas, de todo. Paso
a menudo por el carril bici paralelo y el espectáculo es lamentable. Trabajo productivo
realmente el que hacen unos operarios dejándose el espinazo recogiendo la
basura que no se debería haber tirado ahí. Rastros de un país que no cambia, o
que cambia tan lentamente que no se aprecia. Costumbres ancestrales como la de
no señalizar los accesos a una ciudad o señalizarlos mal, o deficientemente, o
como la de confundir al viajero de cercanías en Chamartín con cambios de vía,
de nombre de tren, con información incompleta, falsa, sesgada. Los usuarios
embarcan y preguntan y el viajero espabilado, el que toma el mismo tren todos
los días, tiene que confirmar que sí que es ese, que ya lo ha denunciado más de
una vez, que hay que mejorar la información. De nada vale. Unos haciendo
trabajo improductivo. Otros haciendo mal el suyo y muchos esperando una oportunidad.
Gazpachos manchegos de pollo
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Hace unas semanas compré en Albacete unas tortas de gazpachos. Se pueden
encontrar también envasados, pero esta vez los compré en El Obrador de Juan
(C. Pa...
Hace 2 semanas
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