Hubo una época en la que compraba un libro cada vez que acudía a un
funeral. Una manera mas de espantar la muerte. Allá por el 2005 adquirí éste. Leído
ahora, en tardes de verano. Hay muertos que aparecen y hablan en la prosa de
Martín Garzo, y sueños que transcurren en ambiente de campos y canal que los
surca. Vuelven para aclarar heridas, imposible cerrarlas. Vuelven para revivir
lo que pudo ser, para volver atrás y regocijarse en la alegría de entonces. El canal
como protagonista, agua, el de Castilla, con Medina de Rioseco como escenario
sobre el que giran las historias de amor, con años de diferencia. Amor efervescente
que no fructifica, o amor explosivo que arrasa con todo. Hay capricho y azar en
esta historia que desborda escritura poética y sentimiento. Historias de antaño
y de ahora, amores inconclusos o fatales. Atrapa por momentos, son muchos, y a
veces desconcierta.
La soñadora. Gustavo Martín Garzo. 2002
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