Libro de guerra y de tragedia. Inevitable porque la libertad empuja. Y
no hay marcha atrás, ya no hay diálogo. Ya hay ganas de vivir sin ataduras. Hablamos
de la guerra por la independencia de Venezuela. Podría ser esa guerra u otras. Podría
ser un bando u otro. Alguno elige bando sin saber por qué. Podrían ser esas
batallas u otras. El escenario quizás sea lo de menos. El autor escoge campos y
planicies para hablar de su patria, de esa historia del siglo anterior al suyo.
La guerra siempre dejando muertos y seres abandonados, los vivos, los que andan
caminos sin saber destino, errantes, que vagan. Y están los personajes de
ficción que se enganchan con los reales, generales y libertadores que aparecen
en enciclopedias. Y algunos protagonistas quieren pelear y otros son cobardes,
y rehúyen hasta el final. No saben que éste es rápido, no sé si doloroso pero
rápido, el suelo espera, son segundos, nada más. Peleaban con lanzas, a
caballo. Las lanzas, en toda su extensión se tiñen de color, sangre para más
señas. Espectáculo puro, vibrante, de ritmo desenfrenado, para leer al galope
de los mismos caballos que lanzan a sus montadores al abismo, al grito de la
sangre.
Las lanzas coloradas. Arturo Uslar-Pietri. 1931
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