
También
hay comida exótica en Lisboa, un restaurante tailándes en el Barrio Alto,
estrecho y angosto, ofrece buena comida, con grados de picante a elegir.
Mercado
tradicional, el de la Ribera, a un lado, con espacio central para comer o cenar,
enorme y espacioso, asientos altos y bajos rodeados de puestos que todo lo
cocinan en el momento.
A veces
no se acierta y en la cena con fado en San Miguel nos pasa eso. El local es
acogedor, la música no está mal pero se come mal. La misma persona que animaba
a la gente a pasar se convierte de pronto en fadista. Todo en uno. El
pluriempleo es lo que tiene, no se puede hacer de todo y hacerlo bien. Si
acertamos con la Cantina del bienestar. El pastel de bacalao es excelente, con
arroz, judías, garbanzos, tomate, cilantro y grelos. El local sólo para 20 personas donde no hay intimidad pero donde se busca reponer
fuerzas, donde te sacan el pescado para ver lo que puedes tomar y donde el
precio es de otro tiempo. Eso y mucho más, con locales para todos los gustos.
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