Leer sobre el holocausto es duro. El autor novela la que quizás pudo
ser la vida de un niño judío muerto a los tres años en Auschwitz. Inventarse
unos padres, un pasado, un presente herido por el odio hasta apagar sus escasos
días en un barracón inmundo de un campo de concentración. Leer desde la
distancia es fácil, es inimaginable pensar en la realidad del momento. Quizás sea
la reiteración la que endurece el
corazón. Emoción desde el principio. Se comparan sentimientos, los de la propia
vida del narrador, se intenta ser empático, pero es imposible. Todo el horror
visto y leído y filmado no da para ponerse en su lugar. A veces nos hace
alejarnos. Todo a través de ese niño que aparece de pasada en uno de los libros
de un superviviente, de Primo Levi. Muchos de ellos, niños y supervivientes,
caben en un libro que quiero acabar cuanto antes, para alejar el horror de mí.
El comprador de aniversarios. Adolfo García Ortega. 2008
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