viernes, 1 de mayo de 2015

alba de tormes-1



Alba de Tormes. Sede de las Edades del Hombre. Una de ellas, la otra está en Ávila. Se titula Teresa de Jesús. La santa casi como monográfico. Llegamos en jueves temprano y ya los primeros grupos se dejan ver por el pueblo. Es festivo en la comunidad castellana. En la Basílica de Santa Teresa, a la ribera del Tormes, se encuentra la exposición. Recinto inconcluso cuya maqueta impresiona. A medio construir el lugar se antoja hermoso, los techos de madera cubren el interior pero los exteriores se asemejan a uno de esos recintos horadados por el tiempo, abandonados, donde la luz y el azul celeste se filtran por huecos y espacios. Recorremos despacio el interior, de altura grande, orden en una muestra pequeña pero interesante. Una hermosa Puerta de Arco aparece pintada por ambos lados. Viene de Salamanca y en su reverso aparece pintada una preciosa Anunciación, anónima del XVI. Hermosa la escultura de la santa escribiendo. Viene de una parroquia de Vergara y es obra del gran Carmona, siglo XVIII. Del mismo autor asoma un San Francisco Javier, lleno de pliegues en sus vestiduras. Cercano, el San Ignacio de Loyola presenta una pulida y gran cabeza de ojos penetrantes. Su autor no puede ser otro que Gregorio Fernández. Cuadros, libros y algún documento autografiado completan el espacio del que salimos para fotografiar el entorno. Nuestro siguiente destino es el Museo Carmus enclavado en el convento de las carmelitas descalzas fundado por la santa en 1571. Allí compro el libro del día del libro, Las fundaciones. Un video da la bienvenida. Bastaba una campanilla y  una casa para establecer una fundación. Todo lo demás sobra. “Todo se pasa, sólo Dios basta”. Diversas salas recogen arte y costumbres. Un sufriente Nazareno guatemalteco esculpido por Paulino Ceballos preside una de las salas. Al otro lado la incomparable mano de Pedro de Mena trazó una Dolorosa en su escaparate que parece querer escapar de su encierro perpetuo. Se suceden vitrinas con orfebrería y objetos de liturgia, así como objetos del trabajo conventual, planchas, braseros, tijeras. También hay reliquias de múltiples santos, todas encerradas, pequeños huesos, bajo gran ornamentación. En la sala de pintura, aparece un lienzo que no deja lugar a dudas, es una Virgen con niño de Luis de Morales. Y también un Cristo con la cruz a cuestas obra de un italiano desconocido para mí, Palmezzano (1463-1539). La sala de óleos sobre cobre sorprende. Colores vivos en diferentes formatos presentan muy diversas escenas. Pasamos al camarín donde se encuentra el cofre con los restos de la santa. Diez llaves repartidas por el mundo. A su lado se exponen el corazón y el brazo izquierdo. Lugar de oración, al otro lado se divisa la iglesia. Bajaremos a ella después para visitar otra sala con mas documentos, atuendos y reliquias de Teresa de Jesús. Mas cuadros y el espacio de la celda donde murió. A su vera la silla de su contemporáneo San Juan de la Cruz. Ya llegan las hordas de turistas que llenan el pequeño recinto desde el que escapamos entre gritos de prohibido hacer fotos. La iglesia se prepara para la misa. Se ensaya desde el coro y se mueven agitadas las gentes para buscar sitio. Turistas y campanas que suenan, es día de fiesta en la iglesia de la Anunciación.

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