
Siguiendo el Camino Real trazado por
Fray Junipero Serra la carretera del Pacífico enlaza San Francisco y Los Ángeles.
Sinuosa y espectacular a tramos, sobre todo mas al norte, alberga acantilados,
riscos y praderas tostadas por el sol con árboles que motean el paisaje. También los leones marinos descansan a su vera. Los tonos
de cielo y océano se confunden y entre medias todas las paradas que se quieran para seguir disfrutando. La
tapia blanca corresponde a Monterrey. Espectacular bahía, acuario de renombre
y
flores que se descuelgan tras el muro.
Estaban de fiesta ese día; mercado con comida tradicional. Y música, y espacio
para sentarse a la sombra. El cielo mas azul que el propio color. Después seguimos
camino entre curvas que juegan caprichosamente a escondernos del inmenso mar. Verano
del 2007.
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