domingo, 31 de agosto de 2014

río



Paseo por el río, mejor dicho por la ribera. La del Manzanares. Es Madrid Río, o como reconvertir el entorno de un río oscuro en brillante espacio para el público. Polémica obra como toda obra pública, el soterramiento de la M30 dejó la posibilidad de qué hacer con el terreno ganado. Sin preguntarnos donde está el dinero o cual es la deuda disfrutemos de lo que la superficie ofrece, diez kilómetros, o sea, 20, de espacio para la bicicleta, el paseo, la carrera o el descanso. Incluso espacio para combatir el calor, la llamada zona de playa con dos centros de múltiples chorros verticales de agua que hacen que los niños y los no menos niños se vuelvan locos. A su alrededor padres, madres y familias enteras rodeadas de neveras y bolsas, espacio para la merienda, picnic casero y cercano para los que puede que no puedan dejar la ciudad en vacaciones. En su mayoría son emigrantes los que copan el césped. Se venden refrescos ambulantes cual playa arenosa. Sorprende el estado de conservación de toda la zona, hierba recortada, flores bien puestas, limpieza por doquier, sorprende la comparación con otras áreas de la capital. Llegamos al Matadero o zona reconvertida también, de degüelle y despiece se ha pasado a entorno cultural. Teatro, música, salas de exposiciones y amplia plaza para el uso al aire libre. Visitamos una exposición o mas bien el Programa de investigación y residencia artística patrocinado por la Fundación del Banco Santander. Estudio busca talento. Cinco artistas trabajan a la vista del público. O exponen sus obras, o lo que pueda parecer. Me guardo la bilis para ocasiones mejores. El otro día fui a pedir un crédito a ese banco. Es el mío desde hace 26 años, donde llega mi nómina cada mes. Me pidieron como documentación las dos últimas. Tomadura de pelo. Saben lo que gano desde hace cinco lustros y encima me dan el dinero mas caro, operación que pierden, les da igual. Ahora sé donde va parte de sus beneficios. El talento lo convierto yo en talante, en bueno, el que hay que tener para no mandar al banco a la mierda. Ganas no faltan, pero no puedo, cuestión de supervivencia. Sorprendente la artista que llena el suelo de tarjetas postales sin ton ni son a mi entender, seguro que hay un séptimo sentido al suyo. En fin, de vuelta al río, no huele casi, poca agua, no parece muy limpia. El agua fluye hacia el sur, nutrirá al Jarama y ésta al Tajo, rumbo a Lisboa. Una señora toma la mano, parece cuidadora, de otra en silla de ruedas, y reza en voz alta, de pie. Todo esto al borde de un río, música y cervezas en bancos. De camino al coche las esquinas se llenan de rojiblancos, es terreno atlético, padres, hijos, novias, familias, el fútbol como nexo de unión familiar. Suenan las primeras cornetas, anuncio de triunfo. Parada intermedia en la Casa de Campo, polvoriento parking junto al lago, chiringuitos y cerveza, vuelta al lago, reman parejas o amigos, ejercicio duro, y cotorras argentinas anidando en pinos, invadiendo el perfil sonoro de la tarde, chillidos que no evocan paz, sobran. Sigue el calor.

No hay comentarios: