“Lo mío siempre ha sido tarea de equipo”
De tarde a mañana, eso tardó en llegar
el libro a casa después de pedirlo vía Internet. Viva la inmediatez. Acababa de fallecer el
protagonista y escritor del volumen. Alfredo Di Stefano. Si hay algo que resuma
su personalidad es su falta de vanidad, o su callada humildad. Alejado del
estereotipo del futbolista mediático de hoy en día el protagonista transmite
deliciosamente sus origenes en Buenos Aires y la primera parte del libro se
deja querer. La segunda es más futbolística, experiencias de jugador y
entrenador, y de retiro siempre alrededor de la bola, y mas tediosa, pero
siempre hay perlas para la reflexión, como aquellas ordenes de Santiago
Bernabéu, presidente de otros tiempos, de no dejar comprarse un coche a los
jugadores porque había que demostrar que los jugadores “eran de la misma causa
que la gente”. Que lejos del hoy. Dicen que el fútbol era diferente entonces. Ahí
tienen una muestra. O como el hecho de que la Quinta del Buitre que Di Stefano
elevó al primer equipo naciera de la política de ahorro del club. Repito, cuan lejos
de hoy, o comparen como celebran los penaltis transformados los figuras de hoy
en día y cómo los celebraba Don Alfredo, sin celebrarlos, la ventaja era
demasiado grande, decía. También es suya esa primera frase, quizás se resuma
todo ahí, tuvo equipo, hizo equipo, llevó al club blanco a lo mas grande, sin
palabras altisonantes, sin poses, sin casi micrófonos. Eran otros tiempos,
siguen diciendo, mejores por lo menos en lo que al fútbol se refiere.
Gracias vieja. Alfredo Di Stefano (2000)
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