El cielo oscurece, noche de día, es por
la tarde, alguno en siesta, julio, el día tres o tercero del mes. No es la
guerra del los mundos, pero parece el fin. No hay silencio bajo la nube eterna,
hay ruido, truenos y rayos, y granizo, dicen que mezcla de calor y frío. No llueven
estrellas del cielo ni salen artefactos bajo el asfalto. Nos bastamos solos en
el arte de la guerra. No necesitamos invasores externos. Las guerras
fratricidas nos bastan para eternizar la sangre. Llueve, diluvia, oleadas que
todo lo inundan, caen arboles que destrozan coches, incidencias menores o
mayores, según se mire. Se va la luz. Internet sólo en móvil si hay datos. No hay
luz pero es de día. Recuerdos de infancia, quizás miedo, o deseo de que durara
mas. Velada a la luz de las velas, siempre guardadas, y fósforos en caja para
encenderlas, y ambiente de otro tiempo, de penumbra y futuro desconocido. El silencio
sin teles y con radios a pilas, las preguntas, la incertidumbre, hoy no se
aguantaría, la vida cambió y nosotros con ella, yo ya he vivido varias, no me
reencarno, pero una vida da para muchas, hay que mirar hacia atrás de vez en
cuando, no son vidas completas, dirán, lo asumo, son trozos de vida, vives la
tuya, luego descubres la de tus padres, y empiezas por las de los hijos. Quizás
haya que aislarse y vivir sólo la propia, contemplativamente, a modo del
protagonista del desasosiego de Pessoa, sin emociones, impávido, en silencio. Como
el que vive el niño que contempla la escena del árbol caído, de la mano de su
abuelo, que no suelta, no responde a preguntas, somos extraños para él. No nos
recordará pero sí al árbol y a sus ramas que ya no se cimbrearán jamás. Esas cosas
no las olvidan fácilmente esas mentes en construcción. También silencio es el
que quiere imponer Botella, la alcaldesa de Madrid, en la celebración del
Orgullo Gay. Sus entrañas no entienden de diversidad, su falta de respeto y
homofobia no se retienen en su estrecha mente. El año que viene los votantes de
la capital tienen la oportunidad de finalizar y enterrar su carrera política
para siempre, retiro o jubilación anticipada, a su casa, a leer, que falta le
hace. Cientos de miles celebrando el amor, la diferencia, otros mundos, amor
versus guerra, utopía versus resignación, lucha
versus nada, escoger, equivocarse, vivir en una palabra, o en muchas; el
agua lo inunda todo, que pena que no se haya llevado los sobres que el
millonario suelta por Madrid para entretener a los desesperados que los buscan.
Y toda su fortuna de paso. Cincuenta euros por sobre. Valiente gilipollas,
mofándose de la desgracia ajena. Pero pronto se disipará el agua, se evaporará,
volverá al cielo para volver de nuevo,
ciclo sin fin, infinito, perpetuo, eterno de verdad.
Pastel de manzana en Airfriyer
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Batir 1 huevo, un chorrito de aceite, otro mas grande de leche, una
cucharada de Royal y harina hasta que quede una crema. Pelar una manzana y
cortarla en ...
Hace 2 semanas
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