Miraba ayer con otros ojos los grafitis que abundan en la M40, en
antesalas de túneles o en paredes inverosímiles, sorprende la aventura en la
que se embarcan los realizadores, y el riesgo que asumen. Existen pinturas o
pintadas que difícilmente se olvidan, hay una en Cercas Bajas, calle de Vitoria,
que habré visto cientos de veces, lleva ya mucho tiempo ahí en muro que nadie
toca, y que no se les ocurra, es una cara
de tonos grises y mano donde apoyarse, parece mayor la mano, mas que la cara,
la vista, los ojos subyugantes, triste expresión cuando la busco en google. Arte
también, por supuesto, o arte por encima de todo. De esto va el libro, de
grafiteros envueltos en esa palabra inglesa que llaman thriller. Aventura,
misterio, diría yo. El libro se deja leer, de letra gorda, lectura rápida,
pesadas a veces las disquisiciones sobre lo que el arte es o no. Lo que llame a
cada uno, diría yo, lo que emocione a cada cual, lo que consiga arrebatar un
suspiro o cortar el aire por unos segundos, o lo que le haga pararse a
contemplar, o lo que le haga reflexionar. El arte viaja dentro de cada uno. Conocí
hace poco a la autora de la portada, fotografía de Victoria Iglesias, vendía su
arte en forma de imágenes en un puesto callejero en el mercado de las ranas en
Huertas. Talento y búsqueda permanente de nuevos enfoques. Vuelvo al libro, no
pasará a mi historia, no lo conservaré, pero deja su poso en forma de
recordatorio permanente en calles y cierres, en tapias y en todo aquello que
sea susceptible de ser modificado o embellecido, o discutido por la mano del
artista.
El francotirador paciente. Arturo Pérez-Reverte. 2013.
Pastel de manzana en Airfriyer
-
Batir 1 huevo, un chorrito de aceite, otro mas grande de leche, una
cucharada de Royal y harina hasta que quede una crema. Pelar una manzana y
cortarla en ...
Hace 2 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario