Antes lo querías
todo, se queja la madre, ahora no, el niño ha cambiado, se ha hecho mayor, o ha
aprendido, o ha reflexionado, o quiere llevarle la contraria a su progenitora, que
no entiende, o no se acuerda de que pasó por ahí, crecimiento para él, y olvido
para ella. Escena de ciudad, de tienda o comercio, de impenitente consumo. No le
ha dado tiempo a leer a Pessoa y su desasosiego, no le ha dado tiempo, es muy
chico, no ha podido saborear su alma desnuda que se vuelca en papel. Espero que
lo haga algún día. Los libros se cruzan en tu vida pero hay que escarbar un
poco. Hay que buscar la coincidencia. Es muy joven para escapar de esa materia
o materiales que nos inundan y que nos persiguen. Antológico Pessoa y su escasa
ambición para este mundo. Me recuerda al Machado que habla del final, ligero de
equipaje, casi desnudo. Pasa el tiempo y las posesiones se vuelvan menos
importantes, hasta parecen ridículas. A falta de infinito tiempo hay que
elegir, discernir, nos pasamos la vida haciéndolo, hacia donde ir, cruce de
caminos, no cuatro, infinitos, tampoco exageremos, no hay tantos, pero los
suficientes para quedarse en la encrucijada, con la maleta un poco más vacía,
con el alma más llena, reflexivo y pensante, cuestión de edad. Tiempo de espera,
a que escampe la lluvia, de primavera, tormenta de gotas gordas y después mas
finas, se bajan de las nubes, asustadas del relámpago y del enorme trueno que a
alguien asusta. Me refugio en una marquesina de autobús, no pasa, pasará mas
tarde, ya me habré ido, caminando por entre las huertas urbanas, cosas verdes
al lado del ruido y los humos, si las hortalizas oyeran….sigo con la coincidencia,
compré una revista, “El estado mental”, para pensar y volver a pensar. No he
dicho ganar. Hoy mismo también comencé un nuevo libro, de la editorial Machado,
de la colección La balsa de la medusa. En la revista aparece un artículo que
explica que es eso de la balsa de la medusa, para empezar un hecho histórico,
un naufragio, un ejemplo mas de miseria humana, luego un cuadro, está en el
Louvre. Iré a verlo, dicen que es sobrecogedor. Hasta ayer no sabía nada de eso.
Pura coincidencia. Es lo que tiene indagar, estar, receptivo, esperando, ¿conocimiento
útil, se preguntarán algunos?, porque sólo es útil aquel que nos hace mejores. Buena
pregunta, pero no la contestaré yo, o no hoy, toca pasear, volver a aspirar
olores a tierra mojada, andar un paso tras otro, recorrer kilómetros, a fuego
lento, sin prisa. Soñar con coincidencias, sin quererlo todo, sin ansiar nada,
o poco, como los hijos de la mar.
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