Hace frío en San Lorenzo de El Escorial. Incluso dentro del
monasterio. Nos lleva mas de tres horas el pasear y mirar. Recios muros que no
impiden que en determinadas zonas se filtre el aire frío y el viento. Aun así
la visita es un placer, acompañados de audio guía recorremos salones con
tapices, con pinturas y retablos, habitaciones reales, allá donde murió Felipe
II, el panteón de reyes, la mayor parte
de la realeza de los Austrias y Borbones está ahí, mas hijos y allegados en las
cámaras adyacentes, galería con pintura mural y la impresionante basílica para
rematar. Y pintura por doquier en todas las estancias lo que lo convierte en la
segunda pinacoteca de España. No es mi primera visita, guardo el recuerdo del panteón
y de poco más. No tengo la impresión de haber pasado por ciertas zonas. Vuelvo al
arte. Magnífico el Descendimiento de Michel Coxcie (1499-1592), dicen que uno
de los artistas favoritos de Felipe II, copia del de Van der Weyden (El Prado).
Un pintor desconocido para mí, el italiano Stanzione (1586-1956) y una Dolorosa
serena. De Jose de Ribera aparece un excelente Entierro de Cristo. Para finalizar
la muestra de pintura encuentro otro autor poco conocido, Giovanni Battista
Salvi da Sassoferrato (1609-1685). Una obra suya, pequeña, esquinada, ilumina
la estancia. Es una Dolorosa de belleza y expresión singular. Y acabamos con la
escultura, en la basílica, en capilla, tras cristal protector, aparece la
blanca talla del Cristo crucificado de Cellini (1500-1571), mármol de Carrara,
imponente la imagen y el entorno iluminado. Sólo la contemplación de esa pieza
compensa el viaje. Comemos en El Caserío, muy cerca del monasterio. El local es
estrecho, las escaleras de acceso al comedor empinadas, las mesas de antaño, la
decoración con estampas vascas. El menú del día, económico, no desentona, abundante y rico. A la salida el frío arrecia y el monasterio impone en su
silueta de gigante de piedra varado al resguardo de la montaña.
sábado, 30 de noviembre de 2013
para todos
Quizás no fuera
dirigido a mí, soy ya mayor, pero nunca está de más. Es un placer leer a
Savater, aunque el libro vaya dirigido a los adolescentes. Dirigido a su hijo
que aprende a vivir leo la cuarenta edición, año 2001. Aprender a vivir o a
pensar o todo junto, aprender a afrontar la vida. O cómo vivir una vida mejor. De
eso va. Me gustaría que mis hijos lo leyeran, va a ser difícil. Y es una pena
porque los conceptos son simples y entendibles, pura pedagogía vital. Tratado sobre
la confianza, sobre la libertad para elegir e inventar tu vida, sobre la
empatía,…y todo para esperar algo a cambio. Algo que al autor le parece tan
sencillo que teme desconcertar a su interlocutor. Y esa gratificación o retorno
la define como la alegría, lo máximo que obtendremos de cualquier cosa.
Ética para Amador.
Fernando Savater. 1991.
siluetas de una semana
Don Cecilio es el nombre de la tienda y vende un poco de todo, libros,
discos, comics, todo antiguo y relacionado con el coleccionismo o no. Una tienda
que parece un bazar, en pleno barrio de Triana, Sevilla. Y el desorden aparente
es intrínseco a este tipo de establecimientos donde establecer criterios
similares a los de las tiendas “normales” es complicado. Las adquisiciones se
amontonan y cuesta tiempo clasificar y colocar. Pero el encanto no lo quita
nadie. Se puede bucear, se puede mirar, se puedo tocar y quizás encontrar. Yo me
llevé un libro, a tono con una de las particularidades de la ciudad, la Semana
Santa. Todos dicen que hay que verla. Este libro recopila los artículos aparecidos
en la prensa sevillana durante los años 1918 y 1919 y escritos por el sacerdote
y novelista Muñoz (1866-1920). Retrato cercano del ambiente, costumbres,
espiritualidad y escenarios de esos días de hace ya años pero que de alguna
forma son el caldo de la devoción y espectáculo del presente.
Siluetas de la Semana Santa de Sevilla. Juan Francisco Muñoz y Pabón.
sábado, 16 de noviembre de 2013
contra el viento
Sabemos que la realidad y la ficción caminan en paralelo. Pero la
realidad nos espolea más. Leo sin mayores sobresaltos la novela de Caso, premio
Planeta 2009. Nada especial, crudeza y miseria. Narrado y contado
correctamente. Sin más, llego al final, parece feliz dentro de la tragedia. Esperanza
en medio del festín de un mundo injusto. Sólo al final me percato de que la
novela está basada en una historia real, que el personaje principal existe y ha
pasado por muchas de esas peripecias y es entonces cuando me siento más cerca
de la historia y más reconfortado por ese devenir que parece ser justo, gracias
a esa luz que nunca deja de perseguir la protagonista, ejemplo de superación, muy
por encima de ficciones de todo tipo.
Contra el viento. Angeles Caso.2009
la hija del canibal
Me quedo a medio camino con esta novela de Rosa Montero. Un drama
inicial, epicentro de la historia, se diluye en una serie de escaramuzas donde
el azar junta, une, y hace que se engarcen personajes que llegan a hacer inverosímil
la historia por momento. Hay otra historia, paralela, magnífica. Por eso, a
ratos falta seriedad o sobra escapismo. Y es una pena, porque hay momentos de
relato grande y momentos de introspección logrados. Quizás exista una
diferencia entre disfrutar y leer. Para disfrutar en algunos momentos y para
leer en otros.
La hija del canibal. Rosa Montero. 1997
el pecho
Retorna Roth a alguna de sus obsesiones en esta novela corta, muy
corta. El hombre que se convierte en pecho y que descubre el impacto que eso
crea en la gente más próxima. Para reflexionar aunque sea por un instante.
El pecho. Philip Roth. 1972
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