sábado, 9 de marzo de 2013

no nos moverán

Las versiones son múltiples, en idiomas de todo tipo, del "No nos moverán" de Joan Baez, al episodio de Verano Azul donde nadie quería bajarse del barco de Chanquete. Espiritual afro-americano, paradigma de la fe inquebrantable en el creador. Canción de autobús, de excursión colegial, de adaptación de letra, que no de música, para plasmar el día a día de clases y alumnos. Cantada y vuelta a cantar en fuegos de ejercicios espirituales o marchas montañeras. La escucho ahora en boca de un sonriente Smiley Lewis, nombre adquirido, por la sonrisa y por la familia que lo acogió cuando se subió a un tren de carga y amaneció en otra ciudad, los años de la depresión americana. Murió joven y se decía que tuvo mala suerte, no vendió todo lo que se merecía. Su música, rhythm and blues queda grabada, feliz a veces, llena de ritmo y vida, triste otras, pausada y larga. Pero imperecedera. Sus temas son deliciosos, para prestar atención y aparece el “I shall not be moved”, con trompeta orquestando y coro de voces que marcan el paso.

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